martes, 30 de abril de 2013

SOBRE LA TULLÍA O MISIA CALAMIDAD.



"LA TULLÍA"
O  "MISIA CALAMIDAD".

Por Luis Alfredo Valles Silva







EL DIA PRIMERO DE MAYO,  SE PRESENTA LA TULLÍA,  CON SU MALETA EN LA MANO,  SEÑORES MUY BUENOS DÍAS!                                                                                                       

Con esta cuarteta popular, perduró en algunos sectores del Municipio Independencia, específicamente en el otrora barrio La Independencia, una muy antigua leyenda, a la cual los coterráneos mas añejos del lugar le aseguran orígenes indígenas y lo cual degeneró en una también antigua tradición. Se trata pues de un evento, que  fue solapado por otro, el primero una costumbre tradicional comunitaria, que hasta la presente fecha no le hemos hallado par en otro estado y menos país, aunque estamos seguro de que si lo habrá y estaremos gustosos de saber de estos, el segundo evento que opacó al primero fue la promulgación internacional allá en el año 1889,  con el Día Internacional de Los Trabajadores. 

Por lo menos en lo que respecta a nuestra familia y el entorno de la misma, siempre se recordó al día “Primero de Mayo” como el Día de La Tullía, estamos conscientes de que dicho término no es más que un barbarismo de la correcta palabra “Tullida”  de lo cual el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos dice: Tullido (a): (Del part. de tullir). adj. Que ha perdido el movimiento del cuerpo o de alguno de sus miembros. U. t. c. s. La  susodicha “Tullida” es pues, un personaje imaginario, según los portadores orales del mito era una mujer horrorosa, de muy mal aspecto, profetizadora de malos augurios, portadora de calamidades, de allí que en comunidades, según nuestra dilatada amiga y colega investigadora de tradiciones locales, en su Municipio José Vicente Peña, también del Estado Yaracuy, La Profesora Carmen Aída González,  se le conoció y aun se le recuerda como “Misia Calamidad”. 

Ese día primero de mayo, el citado personaje llegaría de casa en casa portando un bagaje o equipaje de todo lo malo que ella podría presagiar, pero sobre todo dejaría la mas inminente hambruna para todo el año; lo único que podía contrarrestar el mal advenimiento de su presencia en el hogar, era levantarse muy temprano, inclusive antes de que los rayos del sol dieran en ese día y encender el, para aquel entonces “fogón” (lugar en ranchos o estancias, donde se hace el fuego para cocinar) de los humildes hogares de las familias de aquellos antiguos días; aun retumban en nuestros oídos, los gritos de las mas viejas de las casas vecinas, en los para aquellos días solares, donde no existían paredes amuralladas que hoy día aíslan las familias, no se contaba ni con cercas o “empalizadas” los patios eran colectivos y uno iba y venía de uno y de otro hogar como si fuese el propio, y pues si a viva voz se dejaba oír: - “Fulana levantáte y prendé ese fogón, mirá que te va a agarrar la tullía” a lo que instantáneamente, acto seguido, como un mandato militar quien escuchaba aquella expresión, y por olvido lo había obviado, encendía tal vez ya no un fogón, tal vez su cocina de “mecha” y de a kerosene, difícilmente se contaba con las modernas cocinas a gas y menos las eléctricas, se hacía un cafecito o un té de hierbas del patio, tal vez de yerbabuena (hierba buena), o de malojillo o cualquier otra hierba aromática y medicinal, de lo cual se debía brindar u obsequiar a los miembros del hogar y preferiblemente a los vecinos y/o parientes, que eran los que circundaban el entorno familiar de esos tiempos, ello era signo de que el año sería próspero, de abundantes alimentos que degustar y compartir con el vecindario, se cancelaba la nefasta premonición de un año duro o de escasa bonanza.

Informantes:
Señora Celsa Mercedes Silva Villanueva de Valles
Señora María Amalia Gómez Orozco (+)
Señora María Isabel Aponte Colmenarez (+)

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