sábado, 16 de junio de 2012










EL BAILE DE LA GUACHARACA DE SAN FELIPE

                                                                           Por Luis Alfredo Valles Silva

En una ocasión, luego de visitar al pariente, ya fallecido Don Antonio Sánchez Valles, conocido como El Poeta Campesino de Guama, aunque era oriundo de su Guararute natal, allá en su muy querido “Rancho Conuquero”, lugar de trabajo diario y de estadías placenteras para sus inspiraciones poéticas y musicales, me agradaba sobre manera conversar con ese viejo sabio que, desafortunadamente, se nos fue en el viaje sin retorno, hace ya cerca de unas dos décadas. En una de esas conversas interminables en nuestra búsqueda eterna de la sabiduría popular que manaba de las fuentes vivas de nuestros cultores del ayer, nos refirió del aguinaldo de Los Maitines, en su sencillo y oportuno explicar nos hizo entender que se trataba de un estilo, llamémosle “género musical” del ciclo navideño de la Venezuela Folklórica, propio de la comunidad de Albarico en nuestro Estado Yaracuy; y de cuyo género incluyó en una de sus grabaciones de la época, el Grupo Luango, en mi inagotable curiosidad por los aspectos de la tradición venezolana, percibí que como género se trataba de una serie de piezas, no solo una versión de ella, esa inquietud me motivo a desear seguir la pista de ese canto navideño de Maitines, conociendo a la localidad de Albarico y contando en dicho pueblo con amistades eternas de dilatada estimación decidí llegarme hasta allí, en primera visita me llegué hasta casa de un amigo, el cual tampoco hoy día esta entre nosotros, allí en Albarico era mi eterno anfitrión, Humbertico Cordero Oviedo, a su casa llegaba como si fuese la mía, su familia, de la cual estaré eternamente agradecido os acogía en su seno como uno mas del grupo familiar, a este amigo le referí mi inquietud por conocer del género musical que bullía en mi cabeza, él como individuo muy joven para aquel entonces desconocía completamente de lo por mi señalado, igualmente su familia no conocían nada de ello, sin embargo me alienta diciéndome que allá existían muchas personas mayores que tal vez si sabrían el asunto, sus palabras me animaron mucho y a toda velocidad le digo pues vamos donde alguno, decir yo esas palabras y al instante va pasando por frente de la casa de la Familia Cordero Oviedo una matrona, de hecho conocida por mi, pues era una de las afamadas sanjuaneras del lugar, la ya fallecida Petra Cambero, “La Catira Petra Cambero” o “Petra Cambero La Colorá”, como la conocíamos en Palmarejo, seguidamente la abordamos y le preguntamos al respecto del aguinaldo Los Maitines y nos responde que claro que si lo conoció y disfrutó mucho, pero que como lo de ella era el tambor y bailar, no sabía mas nada de eso, nos dijo además que quien sabían todo de dicho aguinaldo, pues eran cantadores y velorieros de santos y cruz de mayo y santos y todas esas cosas eran Román Rico y Ramón Chirino, que lo de ella era bailar sus Valses, su tambor y La Guacharaca que le gustaba mucho, aquella información, me causó mucho mas interés que el que tenía por el aguinaldo, le consulté sobre eso de la Guacharaca y me contó que ese era un Baile que acostumbraban realizar durante las fiestas en las casas de familias, casi siempre antes de que terminases, me informó que era un baile de parejas, un muchacho y una muchacha, los cuales generalmente se atraían, aunque algunas veces la pareja la formaban hermano y hermana y hasta padre e hija o hijo y madre, pero que por lo general era para enamorados secretos, mas que todo se acostumbraba bailar en San Felipe, en los sectores llamados Cantarrana, El Zumuco y la Zona de la Manga del Barrio Panteón, que en Albarico y San Javier También lo bailaban, aunque no tanto como en San Felipe, donde era una ley que lo bailaran, eran épocas de bailes con conjunto en vivo, los llamados grupos de cuerdas, para ello contrataban su conjunto, estos interpretaban guarachas de la época, valses criollos, joropos, “el minueto”, entre otros y para cerrar el baile, el de los versos, de las bombas o de la Guacharaca; a esto le pregunte porque la guacharaca y con su verbo aun de una dama coqueta, me respondió que porque así se llamaba y era porque le cantaban en el joropo a dicha ave gallinácea, que mientras iban bailando alrededor de toda la sala de baile, los mismos músicos iban refiriéndose a ese animal, según sus datos, no era una pieza fija, pues fueron muchos los bailes a los cuales asistió, toda su vida fue amante de los bailes y por su carácter jocoso, como pocas damas de su época era muy convidada a dichos jaleos, era cualquier música de joropo con guitarra grande y pequeña, marímbola y maracas y a veces el bandolín, aseguraba que cuando era con bandolín o arpa eso era interminable pues la alegría y el entusiasmo era demasiado evidente, nos relató que en cada vuelta que daban los bailadores, había un director del baile y a la vez del conjunto musical, quien estaba al pendiente de todo y al girar, al grito de la palabra “Bomba”, el conjunto detenía la música y él, le informaba a quien le correspondía recitar su verso, a la palabra de “Verso pa’ su Pareja”, cuando le correspondía el turno al caballero, que era quien iniciaba la suerte de verso de pregunta y respuesta, puesto que una vez culminado el verso, a manera de cuarteta octosílaba del caballero, tras la algarabía y gritos de emoción de todos los bailadores y demás personas presentes, se reanudaba la música cantándole a la guacharaca: Mi guacharaca bonita, guacharaca pico de plata, que si esto que si lo otro, acá notamos que la doña Cambero, era buena para relatar y según ella misma aseguraba, para bailar, pero no para cantar, todos daban el giro en parejas bailando y al llegar nuevamente la pareja de turno al lugar frente a los músicos, el encargado del baile anunciaba con la frase “Bomba”, para que los músicos se detuvieran y a viva vos decía “Verso pa’ su parejo”, pues le correspondía en ese instante declamar el verso a la dama respectiva, su verso cónsono con el que anteriormente la habría dedicado su compañero de baile, así irían uno y otra y un y otra, hasta concluir todas las parejas, al final se tocaría un buen joropo de continuo y al finalizar las felicitaciones y las bromas no se hacían esperar.

Aquel extraordinario relato de Petra La Catira, la de Los Cambero, me hizo enfriar el interés por Los Maitines, le pregunté de otros informantes y sé, que me refirió varios de Albarico, al Señor de Apellido Vásquez, con quien tuvimos la dicha de hablar durante largo tiempo en su casa en Albarico, y quien corroboró toda la información suministrada por Doña Petra Cambero, ambos nos refirieron a varios de San Javier, pero por la euforia del momento no tomamos nota al respecto, justificándonos en que cuando volviésemos a hablar con ellos los anotaríamos, aun esperando volver a verles, se que será imposible, por ahora, será cuando Dios así lo decida, esperemos no sea tan pronto. Lo que si hice fue preguntarle a mi Abuela Emérita Villanueva, de lo cual me dijo que si que todo eso era cierto, pero que ella conocía ese Baile era como Fandanguillo, que no se cantaba nada, por lo menos los que se hacían en Cañaveral, Vijagual, Tamanavare, La Ermita (La Vieja), Maporal (Hoy día La Morita), Cocorote, entre otros lugares cercanos, donde eran el plato fuerte a la hora de una fiesta familiar, me contó además que si había oído hablar del Baile del “Fandango de La Guacharaca” como lo llamaban unos y que otros le llamaban el “Fandanguillo de la Guacharaca”, pero que de verlo bailar no lo vio.

En una ocasión, en San Javier, andando con Juana Landinez en busca de unas taparas para elaborar unas Zarandas de semana Santa, conversando con unas viejas amigas de ella, Juana de joven vivió en San Javier cierto tiempo, hablaban de sus tiempos de mozuelas y una de ellas refirió el baile de las bombas, que ella lo bailó mucho, pero lo refirió como el Baile del Pañuelo, lo describió con idénticas características al descrito por Petra Cambero La Catira, pero con el nombre de El Pañuelo, quede con ella en que volvería para que conversáramos al respecto, pero aun no lo he hecho, siempre le mando razón que iré, pero prometo que muy pronto cumpliré con la cita.

Ahora bien, como nuestro interés, es el que los bailes y/o danzas tradicionales de las comunidades de nuestro Yaracuy sean fortalecidos. Los que están en franco proceso de extinción sean revitalizados y los extintos retomados, hemos presentado una propuesta, consideramos que las misma bastante ajustada a una realidad existente en el estado, con la sana intención de que resurja de sus cenizas como el Ave Fénix, si algún otro especialista o inquieto pesquisador puede aportar datos y detalles que mejoren nuestro trabajo, pues bienvenido sea, aun son varios los libros vivientes o maestros pueblos como les han dado en llamar, considero que mas idóneo sea el término “Libro Viviente”, sin embargo lo que importa no es el continente sino lo que contiene.

En cuanto al asunto de los maitines, no volvimos más a indagar de ello, con el tiempo, murió El Poeta Campesino, murió La Catira Petra Cambero, así como ha muerto un gran número de cultores, para mi como dije en el párrafo anterior “Libros Vivientes” llevándose consigo su inagotable bagaje de conocimientos, todo ese cúmulo de saberes, inmensamente desaprovechado, inaprovechado o subutilizado por los que aun estamos en este plano terrenal. Un día, hace ya algún tiempo hablando con un amigo, que por cierto es nieto de Ramón Chirinos, El Nenè Echeverría (Raúl), este me comentó que él tenía todo ese trabajo sobre Los Maitines, documentado, en su caso, el al igual que yo, sustentado en la historia local y la tradición oral del pueblo.



1 comentario:

Luis Alfredo Valles Silva dijo...
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